Imprescindibles
¿Qué no te puedes perder?
Abu Simbel
Abu Simbel está formado por los templos de Ramses II y su primera esposa Nefertari.
Tardaron veinte años en construir los templos tallados en roca durante el reinado de Ramses II. Durante nuestra visita disfrutaremos de esta antigua maravilla en una excursión privada de un día desde Asuán. Viajaremos hacia el sur mientras nuestro guía personal comparte historias del complejo de 3.400 años de antigüedad, una obra maestra de la ingeniería del antiguo Egipto junto al lago Nasser. Maravíllate ante los dos templos, embellecidos por los Colosos de Ramsés II y su esposa Nefertari, y recorre las salas adornadas con estatuas y los relieves de batalla del Gran Templo. Mientras exploras, escuchas la increíble historia del traslado de los templos en los años 1960 para protegerlos de las inundaciones tras la construcción de la presa de Asuán.
Las sobrecogedoras Pirámides de Guiza
Seamos sinceros: cuando pensamos en Egipto, por mucho que intentemos concentrarnos en otra cosa, la silueta de las pirámides de Guiza es la primera imagen que acude a nuestra mente.
Y no es para menos, ya que estamos hablando de uno de los enclaves más visitados, fotografiados y célebres, no solo de la República Egipcia, sino del mundo entero.
Consideradas una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, y declaradas oficiosamente la octava del Mundo Moderno, las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos se encuentran unos 20 kilómetros al sur de El Cairo, y forman parte de la Necrópolis de Guiza, junto a la Gran Esfinge y otros templos y pirámides de gran antigüedad y aún mayor relevancia histórica. El conjunto de las tres pirámides, más la Gran Esfinge y el resto de las edificaciones de la necrópolis, da lugar a una imagen verdaderamente espectacular, de esas que se quedan grabadas para siempre en la memoria de cualquier viajero.
Su antigüedad, que supera los 4.000 años; su tamaño, que en el caso de la Pirámide de Keops es de más de 136 metros de altura y más de 5 hectáreas de superficie; su importancia arqueológica, y el espectacular marco en el que se hallan, en pleno desierto y rodeadas de las brillantes y misteriosas arenas del Sahara, convierten a las Pirámides de Guiza en un enclave que todos, absolutamente todos, deberíamos visitar al menos una vez en la vida.
Palacios y Mezquitas del Cairo
La hermosa Mezquita Al Rifa'i es una edificación de gran belleza y aspecto imponente que está fuertemente unida a la historia de El Cairo, alberga en su interior las tumbas del Shah de Persia (Mohamed Reda Bahlawy) y la tumba del rey Faruk.
A escasos metros, se encuentra la Mezquita del Sultán Hassan, tan cerca que parecen parte del mismo complejo. Sin duda son dos de los templos más importantes de la ciudad.
Continuaremos hacia la Mezquita de Ibn Tolon, uno de los monumentos islámicos más bellos y antiguos, aún sigue intacto a pesar de haber sido construida entre los años 876 y 879. Es el templo más extenso de la ciudad del Cairo.
Continuación hacia la ciudad de los muertos: lugar de enterramiento de Califas, Emires y otros sultanes mamelucos y finalizamos la visita en la Tumba de Sadat, ex presidente Egipcio.
Valle de los reyes en Luxor
Una inmensa Ciudad de los Muertos donde se encuentran magníficas tumbas que fueron esculpidas en las rocas, decoradas de forma minuciosa y rellenada con tesoros para la vida después de la muerte de generaciones de faraones.
Fue construido por obreros que vivían en un asentamiento próximo al valle, Deir el-Medina, allí vivieron toda su vida las personas que excavaron y decoraron las magníficas tumbas del Valle de los Reyes. De esta forma, se aseguraban de que se mantuviera en secreto la ubicación de su sepultura.
Visitaremos el Templo de Hatchepsut y los Colosos de Memnón. Construido fuera del desierto en una serie de terrazas, el Templo de la Reina Hatchepsut (la única Faraona del Antiguo Egipto) se funde con escarpados acantilados de piedra caliza que lo rodean como si fuera la naturaleza la que construyó este extraordinario monumento. Los Colosos de Memnon eran conocidos en los tiempos de la Antigua Grecia por las “hechizantes voces del amanecer”.